Facebook y Twitter

Sobre mí



Soy madre a tiempo completo, Auxiliar Administrativa, Técnica Superior en Consumo y Auxiliar de Enfermería desempleada. Y bastante culo inquieto (que estará pensando más de un@). Pues es posible. Aunque más bien se podría decir que soy de mente inquieta. Es cierto que creo que nunca se ha aprendido suficiente.

La verdad es que siempre he sido una chica muy “apañá” y es que, si algo se te resiste, un cambio de enfoque puede hacer que funcione. Y con ese empuje del intentarlo hasta que te sale como querías, te ves un día recuperando una forma de artesanía tradicional que, ya en el cole, ganchillo y ovillo en ristre por todo el patio, habías disfrutado. En aquellos tiempos la obsesión era hacer el paño más grande y parejo posible (qué paciencia con aquella aguja Dama del 8 y los hilos que parecían de sutura).

De repente, el mundo mágico de Internet y San Google te descubren que, aquello que tú hacías con la aguja heredada de tu abuela, también puede dar como resultado un sinfín de objetos decorativos, juguetes, ropa, complementos… ¡Madre mía! ¿Hay algo que no se pueda “ganchillar”? Pues no lo sé, la verdad, pero yo aún no he parado. ¡Lo quiero hacer todo!

Ahora soy la chica del ganchillo. Casi todo el que me conoce tiene algún Special Lovely aunque aún no supiéramos que lo era. Porque los amigurumis todos tienen su propio nombre. No faltaba más. Si han sido creados para ser compañeros de alguien especial, deben tener un nombre propio como cualquier amigo. Pero eso de llamarlos “todo eso que tú haces que está tan bonico” era, cuanto menos, poco práctico para plasmarlo en un blog donde compartir las cosillas que hago. Así que, después de volverme loca yo y volver loco a todo aquel que osase formar parte de mi familia (pobrecill@s mis Lovelies), me llegó como parece que me llegan todos los nombres que tengo que escoger: por inspiración divina y misterio misterioso. De repente y sin saber por qué, me sentí convencida de que lo que tejo son Special Lovelies.

Special Lovelies porque, al menos para mí, son preciosos compañeros tejidos y destinados a ser especiales para alguien. Y no hay nada más especial y más adorable y hermoso que una muñeca que se convierte en compañera de sueños para una niña a la que le está costando dormir, y un montón de amigas para esa muñeca que, a su vez, reflejan un poco la personalidad de cada una de las niñas a las que acompañan. Y que una de esas niñas sienta que es algo único que sólo ellas comparten porque se lo ha pedido a su madre y ella se las ha tejido a la medida de sus deseos.

Especialmente adorables como ese carrusel de cuna reciclado al que le han crecido mariposas, flores, pollitos y caracoles para que los nuevos peques de la familia que ya van llegando puedan soñar al son de su nana igual que lo hizo Ángela hace ya unos cuantos años.

Resumiendo, que me lío como un hilo en mi sofá:
Adoro hacer ganchillo, crochet, amigurumis, llamémoslo X. Pero adoro hacerlo en mi “sofá-taller de sueños”. Y adoro más todavía saber que cada creación que sale de mis manos irá a parar a las de alguien que sabrá apreciarla, si no nos enamoramos tanto tantísimo por aquí que nos lo quedamos en casa y repetimos creación. Que nadie puede quedarse sin su Special Lovely.


Pon un millón de Special Lovelies en tu vida!!